
Cuando pensamos en un recubrimiento que ayude a que las piezas metálicas no acaben sometidas a la corrosión, son muchas las opciones que tenemos. No obstante, uno de los que más efectividad tiene contra este agente es el recubrimiento de níquel químico.
A continuación te contamos todo sobre este anticorrosivo.
El níquel químico se aplica, como su nombre indica. por vía química. Esto hace que una de sus principales características sea la uniformidad del recubrimiento en su totalidad. Existen diferentes calibres con los que se puede aplicar este tipo de aleación, aunque con la más baja ya podemos conseguir funcionalidad y conservación de la pieza a partes iguales.
Además, este tipo de recubrimiento aporta las siguientes ventajas a la pieza tratada:
- Resistencia al desgaste
- Resistencia a la corrosión
- Aumento de dureza de la pieza tratada
- Mejora de aspecto estético (color, brillo…)
Otra de las ventajas que posee este tipo de material es que puede aplicarse a todo tipo de superficies, ya sean o no metálicas. Entre estas superficies destacan los aluminios, los aceros, los cobres, los bronces y otro tipo de aleaciones especiales.
Tales son las ventajas de este material que son muchos los sectores industriales que ya lo utilizan (electrónica, petroquímica, automoción, textil, inyección de plásticos…)
Justo en la industria del plástico es donde más se utiliza este tipo de recubrimiento en níquel, ya que en las máquinas de extrusión y en moldes, facilita el desmoldeo de las piezas y disminuye el riesgo de deformación de la misma.
Si necesita más información sobre este tipo de recubrimiento, no dude en ponerse en contacto con nosotros.