
En los procesos de producción industriales, las piezas que más se solicitan son aquellas que están fabricadas de acero y de metal. Para que estas piezas puedan tener una vida útil mucho más amplia, se necesita someterlas a un tratamiento para aportarle unas nuevas cualidades. No obstante, ¿por qué utilizar metal galvanizado? En este artículo despejamos todas las dudas.
El proceso de galvanizado consiste en cubrir con un tipo de metal un producto fabricado en hierro o acero. Esto se realiza mediante la inmersión de la pieza en el metal fundido a temperaturas elevadas. El objetivo que tiene este proceso es evitar que el metal con el que se ha fabricado la pieza se corroa o se oxide.
De esta manera, conseguimos que materiales metálicos sometidos a un proceso de galvanizado puedan instalarse en exteriores y resistan las inclemencias meteorológicas y cualquier otro tipo de incidencia que pueda dañarlos.
Para que las piezas estén galvanizadas, primero se fabrican de forma individual siguiendo las directrices que requieran. Posteriormente se someten al proceso de galvanizado. Es posible realizar el proceso mediante las siguientes técnicas:
- Inmersión en caliente. La más utilizada, puesto que es la que mejores resultados ofrece.
- Galvanizado continuo.
- Rociado o pintado.
- Electrogalvanizado.
En condiciones normales una pieza sometida a galvanizado puede durar hasta 70 años y por eso sus aplicaciones se extienden a la fabricación de vehículos, estructuras arquitectónicas y maquinaria industrial entre muchas otras.
En ICSA Industrial somos especialistas en recubrimiento metálico decorativo. Ofrecemos una gama muy amplia de acabados superficiales que pueden aplicarse sobre diferentes tipos de material base.
Estos acabados galvanizados son imprescindibles en sectores como el de decoración, por lo que si necesita piezas de metal galvanizado no dude en ponerse en contacto con nosotros.